Esta bien Hagen te daré lo que considero que es más preciado para mí. Sígueme.No te preocupes estarás bien conmigo - Dijo Aioros.
- Esta bien maestro Aioros - Respondió Hagen. El caballero dorado comenzó a caminar en dirección a la casa de sagitario, el dios guerrero lo seguía desde unos pasos más atrás.
Aioros se dirigía hacia la salida lateral derecha de la casa, aquella salida conducía a un jardín de bellos pastos. Este jardín daba justo con un monte, ya que en esos años las casas en Grecia se construían en lugares ascendentes. El bello lugar constaba con un manantial y otros lugares que eran tapados por una espesa niebla, al parecer algo vivía ahí y creara dicha niebla para evitar que lo viesen.
- Que es este lugar Aioros - Pregunto Hagen. - Este es el jardín de la casa de sagitario - Respondió Aioros -.
Yo lo llamo Edén, es un lugar maravilloso donde suelo venir a descansar y olvidarme de la cruel realidad del mundo.
- Mirando a Hagen a los ojos -. Eres el primero que entra a este jardín y por lo mismo eres una persona muy especial, de eso me he dado cuenta a pesar de que adoramos a dioses distintos eso no impide que vea a través de tus ojos.
- Gracias Aioros, no pense que diría eso de mí - Dijo Hagen.
La niebla comenzó a disiparse y un frío viento invadió todo el lugar. El viento no era frío como los de Siberia o las tierras de asgard, era refrescante y reconfortante, calmaba la fatiga del viajero extenuado.
Aioros miro a Hagen y le dijo; - Si eres puro de corazón realmente podrás ver lo que para mí es muy importante... Recuerda la frase "Si eres puro de corazón tal vez algún día puedas ver y tocar un unicornio" Hagen quedo muy confundido con las palabras de Aioros, pero en su mente sabia que todo estaba bien... Desde la niebla comenzó a verse una silueta, se oía algo que relinchaba desde muy lejos y se acercaba cada ves más.
Al principio Hagen solo vio un contorno transparente hasta que por fin pudo identificar la maravillosa figura que se le presentaba ante sus ojos. No supo que decir y quedo sorprendido con dicho animal, este era;
El majestuoso unicornio miraba fijamente al joven guerrero, este estaba tan nervioso que no sabia que hacer, pero Aioros lo tranquilizo hablándole;
- No te asustes amigo, eres una persona muy especial ya que los unicornios son animales muy solitarios que solo se dejan ver ante personas de corazón puro, eso quiere decir que tú eres una de ella.
El siempre viene aquí a descansar y yo no se lo prohibí nunca por que quede encantado con el bello animal. Pocas veces a dejado que lo toque por que solo a las más puros y hechos de bondad y ternura les deja que lo toquen. No sé si seré realmente puro y nobles pero este animal me lo ha demostrado.
- Gracias Aioros nunca pense en mi vida llegar a conocer a un unicornio - Dijo Hagen -. Es un gran privilegio poder ver a uno.
- No, no me des las gracias por que el que escogió el día que lo vieras fue el mismo, así que a mi no me debes nada. Te contare una breve historia, el nombre de este unicornio es Asallam.
Los unicornios son seres sabios y majestuosos, pero su punto débil era que a veces se dejaban querer por las doncellas y las personas de malos pensamientos los atrapaban para extraerles su cuerno.
El cuerno del Unicornio ha venido siendo a lo largo de la historia un objeto al que se le creía dotado de grandes poderes, desde purificar las aguas y hacerlas potables, hasta la curación de cualquier herida y el alargamiento de la vida, si se usaba una vez reducido a polvo.
Pero lo que no sabían esos hombres que quería verse majestuosos al lado de estos animales, que al cortarles el cuerno morían instantáneamente al igual que sí eran encerrados por que eran privados de su libertad. Los Unicornios son un símbolo. Representan fuerza, libertad, imaginación, sueños, ilusiones... Aunque pasado el Romanticismo pocos historiadores se refirieran a ellos más que para desmentir supuestas apariciones, los unicornios de alguna manera están presentes, porque lo que simbolizan sigue existiendo.
Las ilusiones, el deseo de libertad, la fuerza de la naturaleza, las ganas de soñar... Por eso te he traído hasta acá por que quiero que nunca dejes de lados tus ilusiones, tu deseo de libertad sin importar todas las guerras que luches, siempre ten presente la fuerza de tu naturaleza, tu cosmo que te ayuda a derrotar al mal y las ganas de soñar por un mundo mejor, eso es lo más preciado para mi y te lo traspaso a ti como lección de vida. Hagen quedo pensativo un rato, no sabia que responder a las palabras de Aioros. Todavía no lograba entender un poco pero el significado de las palabras de Aioros le daban vuelta por toda su cabeza, hasta que le dijo un poco confundido;
- Entonces Aioros, me vas a regalar el unicornio??
- No, el no es de mi propiedad. Solo él decide con quién puede estar. Lo que yo te daré es algo que puede serte muy útil. Aioros se acerco al noble corcel que comenzó a brillar cada ves que Aioros daba un paso, el caballero dorado estaba decidido a acercase. El brillo de la armadura dorada atraía al joven unicornio Asallam. Aioros poco a poco estuve al lado del, y al momento de hacer el contacto con el majestuoso animal una brisa recorrió todo el lugar haciendo que la hierba se agitara suavemente. Hagen esta consternado no se imaginó que Aioros podía tocar al animal. El caballero de Sagitario estiro su mano y espontáneamente el unicornio bajo la cabeza e hizo caer un polvo dentro de la mano de Aioros. Aioros lo beso en al frente y le dio las gracias al bello animal, y este desapareció esfumándose en el aire como un si fuera un fantasma...
- Toma Hagen - Dijo Aioros guardando el polvo en un saquito -. Este es mi obsequio - se lo entrega a Hagen - este polvo pude ser usado desde purificar las aguas y hacerlas potables, hasta la curación de cualquier herida y el alargamiento de la vida.
Tu sabrás que hacer con este obsequio y deber ser cauteloso con su uso. Esto no se lo comentes a nadie excepto a tu maestro, no quiero que perturben la tranquilidad de este jardín.
El sol comenzaba a descender y las primeras estrellas de la noche aparecían en el cristalino cielo al parecer las estrellas y la luna querían darle la bienvenida a los dos caballeros.
